Por Juan Carlos Valencia
El día anterior había sido de mucho ajetreo, cantidad de tareas, parciales, el trabajo, gastos del taller del carro y un sin fin de cosas que provocaron que llegara cansado casi muerto a mi casa ya tarde por la noche; acababa de llegar a mi cama y empezaba a acomodarme cuando la alarma despertador sonó indicándome que era un nuevo día y que igual debía levantarme, es terrible escuchar el despertador luego de un día así, empecé mi rutina de cada mañana ya de camino en el carro pensaba en todas las cosas que tenía que hacer, finalmente me siento frente a mi computadora en el trabajo, me preparo e ingreso al sistema, gracias a Dios era un día relativamente tranquilo y no habían muchos clientes gritándome al oído, me dispuse a navegar en el intranet de la empresa para ver si habia alguna actualización cuando me percate de un enlace que decía ONCE MINUTOS captó mi atención casi de inmediato y desde la primera línea me atrapó; debo reconocer que no soy un aficionado a la lectura, en mi vida quizá e leído unos 3 o 4 libros pero éste en particular me gusto tanto que lo leí en 4 días, y es que la forma de escribir de Coelho es tan peculiar y cautivante que fue cuando comprendí porque tanta gente habla de él y de su literatura. Pero haciendo de lado al autor quiero señalar el hecho de como un libro te puede desprender por un momento y llevarte a una segunda dimensión en el que vives junto a los personajes y estos se vuelven parte de ti y tú te vuelves parte de su historia, tanto así que mientras no estaba leyéndolo pasaba pensando en donde estaría María (personaje principal de Once Minutos) en ese momento, pensaba en como ella se podría sentir y es que era una sensación como que lo que le pasara a ella realmente me importaba y tenia relevancia en mi vida; a todo esto vivía desconectado ya del mundo real; cada vez que abría o cerraba el documento del libro lo demás ya no importaba y cuando menos sentí ya había terminado mis actividades de esa semana tan pesada y me sentí un poco más relajado y mi mente despejada, llegué a la conclusión de que mi vida realmente era tranquila en comparación de la de María. Pensé para mí que leer un libro es más que aprender vocabulario o aumentar el acervo cultural sino que es un relajante en tu vida, es transportarte a otro mundo en donde casi cualquier cosa es posible, sacarte de la rutina y darte un tiempo de reflexión y de paz... eso es lo que un libro hizo por mi y estoy seguro puede hacer mucho mas por ti.
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Hace 1 año
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