sábado, 16 de octubre de 2010

Cuando usaba "pantalones cortos"

Por Rolando Ferrer

A lo largo de mi vida he leído muchos libros que me han parecido bastante interesantes; algunos por su trama, otros por sus personajes, otros por el autor que tienen, en fin, muchas historias que sinceramente me han parecido muy buenas y dignas para escribir sobre ellas: Cien años de soledad, tinta roja, el lazarillo de Tormes, entre otras son algunas de ellas.



Pero deteniéndome a pensar un poco más y recordando un poco acerca de las experiencias maravillosas que he tenido en la lectura, recuerdo con mucho cariño un libro que me abrió las puertas a un mundo que no conocía y que al terminar de leerlo, según recuerdo, dije: “si esto es leer, quiero volver a hacerlo”.



Tenía yo alrededor de 10 años, cuando nuevamente en la lista de útiles escolares vi algo que decía “libros de literatura” o algo parecido. Revisando esa lista vi que en algún lugar de ella decía “Pantalones Cortos – Lara Ríos”, seguramente no le tomé importancia. Poco tiempo después llegó el momento de leerlo, al principio era abrir otro libro más, poco a poco al hojearlo y revisarlo me di cuenta que llamaba mi atención. Al leer la primera página el libro me atrapó y me abrió las puertas a ese mundo tan parecido al mío pero que al mismo tiempo tenía algo mágico e interesante.



No era únicamente su personaje principal, el cual sentía era muy parecido a mí, sino el entorno que la misma historia tenía, los personajes que lo rodeaban y los contextos en los que se movía. Todo era muy parecido a mí. Poco a poco fui descubriendo el gusto por esa historia, la cual aún recuerdo con mucho cariño.



Muchas veces así nos pasa con la lectura, hay una historia, un libro, un poema, un cuento que llama nuestra atención y qué bonito se siente saber que hay otras personas que pueden vivir eso también, todo a través de una libro, tal como me pasó cuando descubrí mis “Pantalones Cortos”.

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